Cuidado para la piel de la cara
Se puede considerar un tratamiento de belleza a nivel individual, bastante asequible económicamente y relativamente fácil de aplicar. Mediante inyecciones en la piel se trata de sustituir con éxito el uso de cremas hidratantes y de cremas nutritivas, consiguiendo una efectividad muchísimo mayor ya que los principios activos del producto se aprovechan íntegramente. El tratamiento se puede extender incluso hasta el cuello.
A medida que pasan los años, la piel va perdiendo su capacidad de mantenerse hidratada de forma natural y va perdiendo su elasticidad. La mesoterapia facial consigue que vuelva a retener más líquido para volver a tener así ese aspecto joven, aunque este efecto va desapareciendo con el paso del tiempo.
Como se realizan las sesiones
El tratamiento puede presentar pequeñas variaciones según el especialista que lo lleve a cabo, pero siempre se realiza mediante inyecciones en la piel, con agujas muy delgadas y a nivel muy superficial, de sustancias tales como el ácido hialurónico, vitaminas, productos homeopáticos, minerales, productos antioxidantes y otros, en pequeñas dosis, que son útiles para prevenir la flacidez y el envejecimiento de la piel.
Antes de proceder a las inyecciones se realiza una limpieza del cutis y, en ocasiones también se aplica una crema con propiedades anestésicas. Después de introducir el producto se procede a masajear las zonas tratadas para que este se extienda más rápidamente y se alivie la parte externa de la piel.
Durante la sesión, que puede durar entre quince y treinta minutos, no se siente dolor en ningún momento. Dependiendo del nivel de sensibilidad de cada persona, se sentirán unos pequeños pinchazos que apenas llegan a ser molestos. Estas molestias serán prácticamente nulas si se recurre a la anestesia local.
Periodicidad
Cada tratamiento individual puede constar de varias sesiones, entre tres y seis por lo general, durante dos a cuatro semanas normalmente, aunque también se puede extender por más tiempo. El tratamiento puede repetirse tanto como se desee mientras no se observen efectos adversos. La periodicidad más habitual es un tratamiento por año, aunque para determinadas personas, por requerimiento de su profesión, de su edad o de otros factores, es normal recurrir a la mesoterapia facial cada dos o tres meses.